El acné, siendo una condición cutánea compleja, se presenta de muchas formas. Aunque técnicamente cada grano se forma de la misma manera—células muertas de la piel, aceite y desechos que se acumulan y obstruyen los poros—, a partir de ahí puede desarrollarse en diversos tipos de imperfecciones. Algunas son grandes, rojas y sensibles al tacto (como los quistes); otras aparecen como pequeños puntos en la piel, causando irregularidades en la textura (puntos negros y puntos blancos).
Aquí exploramos los siete tipos de acné, sus causas y cómo tratar cada tipo. En cuanto a los remedios, los consejos que ofrecemos aquí solo raspan la superficie, ya que tratar el acné requiere una visión holística: la dieta, el estrés y el sueño pueden influir en la condición. Sin embargo, este artículo se centrará en ingredientes específicos para cada tipo de imperfección.
Acné inflamatorio vs. no inflamatorio
Cada tipo de acné cae técnicamente en una de dos categorías: inflamatorio o no inflamatorio. Sin embargo, para ser claros, todo el acné proviene de cierto nivel de inflamación. Algunos tipos son más sensibles, hinchados e irritados que otros; esos se clasifican como “inflamatorios”. Las pápulas, pústulas, nódulos y quistes caen en esta categoría, ya que suelen ser rojos y dolorosos.
El “acné no inflamatorio”, en cambio, produce protuberancias más sutiles: estos son los puntos blancos, los puntos negros y los brotes subclínicos. También conocido como acné comedogénico, estos bultos suelen tener el color de la piel (excepto los puntos negros, que son más oscuros). Generalmente son causados por folículos pilosos obstruidos y se encuentran en áreas más grasas, como el pecho, la espalda y la zona T del rostro.
El acné no inflamatorio puede volverse inflamatorio más adelante debido al crecimiento excesivo de bacterias (específicamente Cutibacterium acnes), lo que puede provocar la liberación de citoquinas inflamatorias y desencadenar inflamación clínica. Una vez más, todo el acné es inflamatorio en algún nivel.
Puntos blancos (Whiteheads)
Los comedones cerrados son puntos blancos. Aparecen como pequeñas protuberancias blancas o del color de la piel en la superficie. No son los granos grandes y dolorosos con un centro lleno de pus (esas son las pústulas, que mencionaremos más adelante). Dado que los puntos blancos no están inflamados, son mucho más sutiles.
Cómo tratarlo:
- AHAs o BHAs: Los exfoliantes químicos como el ácido salicílico o el ácido láctico ayudan a evitar que los poros se obstruyan.
- Retinol: Ayuda a acelerar la renovación celular, previniendo la acumulación de células muertas en los poros.
- Peelings regulares: Los peelings químicos en consultorio pueden eliminar células muertas y prevenir la formación de comedones.
- Mascarillas limpiadoras: Ingredientes como carbón activado o arcilla ayudan a eliminar el exceso de grasa.
Puntos negros (Blackheads)
Los puntos negros se forman de manera similar a los puntos blancos, con la diferencia de que son comedones abiertos. La exposición al aire oxida el tapón y le da el característico color oscuro.
Cómo tratarlo:
- Exfoliantes químicos y mascarillas de arcilla: Ayudan a eliminar impurezas profundas.
- Mascarillas DIY: Ingredientes naturales como la enzima de arándano pueden disolver las células muertas.